Encontré un dedo en una nevera portátil.
- Funderberker
- 4 dic 2019
- 2 Min. de lectura
Me encontré un dedo en una nevera portátil.
Soy un fanático reciente del campismo, como todo buen campista necesito una manera eficiente de llevar embutidos y/o cerveza a donde el hombre pocas veces habita, o donde pocas veces se emborracha.
Salí rumbo al trabajo. A una cuadra y media la encontré , era roja, del tamaño de una caja de zapatos, tapa blanca, agarradera de goma un poco gastada, en una sola palabra: funcional.
Soy un mentiroso, un embaucador pero ante todo me considero un pepenadór. Me apresuré a revisar que aún fuera útil, parecía que si. Pensé en regresar para dejarla en casa y lavarle más tarde; la levanté y sentí un peso que no esperaba, claramente imagine todo menos su contenido original. Ojalá hubiera sido un dedo de queso por qué aún llevaba hambre pienso ahora. La abrí y pude ver lo que hasta ese día solo me había privado de imaginar o visualizar en el cine, un dedo en necrosis con su uña mal cortada, incluso un poco rota, el dedo inflado pero como si lo hubieran apachurrado, despedía un olor a azufre dulce, flotaba en lo que alguna vez fue hielo. No me dio tiempo de que me diera asco por que solté mi nueva posible acompañante de viaje de forma inmediata y eché a caminar con el olor aun en la nariz.
Me detuve un momento a voltear para ver si era de alguien, claramente no había dueño en ningún lado cercano, al menos no alguno que estuviera concsiente pare reclamar su dedo.
Por aislarme de la tensión me puse a pensar que un dedo había perdido a su dueño. Pronto vería carteles en los postes diciendo: "Dedo anular busca humano perdido, posiblemente inconsciente, tiene nariz, boca y 4 dedos en la mano derecha, si le ve llame al siguiente número".
Debo declarar que contrario a lo que el lector ha de pensar no me dieron ganas de llamar a la policía ni de contarle a nadie, probablemente perdería el día laboral y no me lo pagarían, si no me lo pagaban ¿Cómo es que iba a comprar una hielera que no llevara un dedo dentro?
En realidad me pregunté ¿por qué la carne humana no se enmohece? ¿ El dueño ya no podría morder la uña de su dedo favorito? ¿podrá recuperar alguna vez las ganas de señalar? Me pregunte también si era delito federal dejar el dedo ahí botado y sobre de eso quedarme con la nevera.
Me detuve un momento a voltear para ver si era de alguien, claramente no había dueño en ningún lado cercano, al menos no alguno que estuviera consciente pare reclamar su dedo. usties si se abre sola". Solo seguí alejándome, hice una llamada anónima al nueve once y así me quedé sin nevera portátil.
Hoy me arrepiento un poco de no haberla llevado a casa, debí sentir la obligación moral que los humanos sentimos con un perro, conservarlo hasta que aparezca el responsable propietario, pero no pude. Simplemente no me imaginé teniendo seis dedos uno mucho mas gordo que los demás, mas negro mucho mas putrefacto. Fracasar y finalmente regresar el dedo mordisqueado por (mi) la incertidumbre de que no apareciera su dueño.
Comments