Un poquito de fe
- El Omar
- 24 ene 2020
- 1 Min. de lectura
En la capilla que está dando la vuelta a la esquina, un hombre estaba muy concentrado mirando el santo, con mirada dolosa pedía en voz baja. Al percatarse de mi presencia quitó la mano del vidrio y se persigno con devoción inmaculada.
Lo vi de reojo mientras me alejaba de tan emotiva escena. Entonces sentí varias punzadas en el costado derecho. Me doblegó el dolor y caí muy lento hacia atrás recargado en mi atacante.
A manera de consuelo le escuché decir mientras me quitaba la cartera, el celular y la mochila: gracias señor.
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