Ayúdame a ayudarte, compadre.
- Dr. Muerte
- 24 jun 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 25 jun 2018
Como médico mexicano dedicado a la investigación he aprendido a criticar a diestra y siniestra los sistemas de salud en este ¿glorioso país?; desde mi trinchera he visto personas pasar sus más malas noches en alguna sala de espera de cualquier IMSS, he tenido que ser partícipe del sistema que ha ocasionado calvarios interminables en pacientes que son rechazados en múltiples instituciones pertenecientes al Seguro Popular; he podido presenciar, de una manera más distante, lo burocrático que puede llegar a ser recibir atención en el ISSSTE y también debo decirte que me he visto beneficiado con cuentas exorbitantes en hospitales privados a cambio de instalaciones más bonitas y sonrisas “más sinceras”. Te pido me creas cuando te digo que te entiendo, que también lo he sufrido, que he intentado ayudarte haciendo aún más de lo que me correspondía acorde a mi rol como un simple peón dentro de ese gran sistema y también quiero pedirte una disculpa por cada vez que estando agotado por mis interminables jornadas de trabajo, me cansé de ti y no te brindé mi trato más cálido o mi atención más entusiasta, discúlpame si hice un gran esfuerzo por tratarte lo más profesionalmente posible, pero estuve debajo de tus expectativas por solo atenderte durante 5 o 10 minutos y quizá no haberte visto a la cara mientras llenaba todo el papeleo que la institución me demanda.
Créeme que te entiendo y te estoy siendo sincero al decirte que tú no eres el responsable de esas circunstancias de las cuales tan amargamente me estoy quejando, tampoco creo que tengas los argumentos suficientes para ayudarme ante esta problemática que es mucho más grande que y tú y que yo, ¡incluso juntos! y, tampoco pretendo que te conviertas en mi paño de lágrimas, solo quiero establecer el contexto de que hay cosas en las que no tenemos la más mínima injerencia, sin embargo, también quiero decirte que aunque existen miles de razones para culpar a los sistemas de salud por tu condición actual, voy a citarte las otras causas que seguramente prefieres ignorar si eres un mexicano/latino promedio con pobre capacidad de autocrítica y poca determinación. Y seguro ahora estarás pensando: “OLV ¿y por qué tanta agresividad HDTPM? si tú mismo escribiste que toda la culpa es del sistema”. Y la respuesta para ti, mi querido chairo huevón, es que tenemos el sistema que nos merecemos.
Hoy estamos cosechando los frutos que sembramos desde años atrás y que poco tienen que ver con el sistema mismo. ¿Te acuerdas de todas esas campañas que hicieron en tu escuelita en donde te explicaron la pirámide del buen comer? ¿Recuerdas tu clase de educación física impartida (la mayoría de las veces) por un gordo fumador acosador? ¿Está en algún lugar de tu memoria aquel médico bonachón advirtiéndote que comieras mejor, que no tomarás refrescos de cola, que hicieras al menos 30 minutos de ejercicio al día, que evitaras el tabaco y la sal? Pues si no recuerdas nada de eso o te acuerdas, pero te valió 3 hectáreas de chorizo verde de Toluca ¡pues felicidades! Ya eres parte (o en algunos años lo serás) de ese selecto grupo del 72% de la población mexicana que padece sobrepeso y/u obesidad [ENSANUT de medio camino 2016]. Y si ser gordito te vale madres, porque “soy gordito pero feliz” pues ojalá pienses igual cuando te enteres que tu riesgo de muerte por algún problema cardíaco está elevado hasta 11 veces si desarrollas diabetes, 18 veces más, si además te diagnostican con hipertensión y hasta 32 veces mayor riesgo si tienes las dos previas y problemas con el colesterol o los triglicéridos; pero ¡Venga! ¿Cuánto daño te pueden hacer tus tortas de tamal frito y el champurrado todas las mañanas? ¿O el tabaco después del taco? Seguro me dirás que tú si haces ejercicio porque vives en La Raza y trabajas en Cuemanco, por tanto, tienes que caminar un chingo en tus trasbordos del metro; o que tú si eres bien saludable porque todos los domingos invariablemente vas a jugar con tus valedores en el llano independientemente de que tan crudo estés. Además, cada madrugada antes de salir de casa, cual si fuera manda, te tomas 3 pastillas del Herbalife porque tu comadre te dijo que: “son re buenas pa’la potencia sexual” y todas las noches antes de la novela te tomas tu té de la moringa pa’ prevenir la diabetes, la falla renal, la reuma, el mal de orín, mal de ojo y mejorar la relación con tu suegra ¿o no?
Pero bueno, muy tu pedo en como gastas tu dinero y tu tiempo, la problemática radica en ti pidiendo consultas por WhatsApp a las 2am para saber si puedes o no tomarte unas cheves, me rompes la madre cuando vuelves a tu consulta descontrolado del azúcar y la presión porque “no te alcanzo para el medicamento porque estabas pagando los XV años de tu hija”, me sacas de quicio y te ganas mi regaño cuando voluntariamente decides tomar lo que te dijo tu comadre o seguir los remedios que te ponía tu abuelita porque “así criaron a mis 14 tíos y todos salieron bien saludables” y al final del día si a mí me molesta o no darte consulta es totalmente irrelevante; solo te pido que no te quejes porque los sistemas de salud no tienen medicamentos para ti, ya que tu decidiste en más de una ocasión surtirlos y no tomarlos, lo que hizo que tu enfermedad se agravara y que en tu siguiente visita requirieras de otros medicamentos que pues.. tampoco te quisiste tomar “porque tomar medicamentos me hace sentir como si estuviera enfermo” o “nomás me tomo la pastilla de la presión cuando me duele la cabeza”. No te quejes por tener que esperar muchas horas una consulta, porque fuiste tú quien no quiso ajustar su dieta o hacer ejercicio y además le convenciste a tus dos hijos, a tu mujer y a tu compadre de hacer lo mismo que tú, así que ya no solo hay un paciente que atender; ¡ahora son 5! No critiques a tu médico que tiene que atender a 25 personas como tú en un turno de 8hrs en donde no tiene tiempo de comer o de ir al baño, porque la última vez que tu médico decidió tomar un descanso para sus cuestiones personales tu decidiste agredirlo verbal y hasta físicamente. Por favor te pido que no te quejes, que no grites, que no patalees cuando ves lo bonitos que son los hospitales gringos que salen en la tele y que aquí tienes que esperar en una silla rota porque en gran medida tú eres el más grande responsable de lo jodida que está tu salud y también el sistema. No quiero que leas todo este texto como un regaño, en realidad es una petición porque lo único que yo quiero... es que me ayudes a ayudarte, compadre. ∞
“Dr. Muerte”
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