top of page

Obstáculos hacia la cima


By: Barbas.

El promedio de tiempo invertido en entrenamientos para un atleta de alto rendimiento es de 6 horas por día, sin embargo, en un estudio recientemente publicado por la Case Western Reserve University reveló que las horas transcurridas dentro del gimnasio, pista o cancha solo representan el 18% de las actividades necesarias para alcanzar los resultados de estos atletas.


Entre otras cosas, todo atleta deberá ser responsable de organizar su vida para obtener el suficiente tiempo de descanso y recuperación, también deberá disponer de momentos para la preparación y posterior ingesta de los alimentos mínimos necesarios para mantener el combustible suficiente para que su cuerpo tolere esas extenuantes horas de entrenamiento.


Toda vez que le haya sido posible agendarse para entrenar y comer, deberá encontrar la manera de mantenerse mentalmente “estable” –si me permiten la expresión- para darle tiempo a sus intereses personales, familiares y de índole recreativo, hasta acá todo parece sencillo, solo hay que entrenar, comer bien y poder pasar tiempo con la familia… ¡pan comido!


Las cosas comienzan a complicarse un poco cuando éstas “máquinas de músculos” a pesar de haber cumplido en tiempo y forma con los tres requisitos mínimos se enfrentan al peor de sus temores... la terrible palabra dicha por su médico tras un esfuerzo mayor al esperado, o simplemente por la sobrecarga de trabajo: “¡Estás lesionado!”.


Verdaderamente trágicas resultan estás palabras independientemente de la disciplina en la que participes. En el momento que las interiorizas comienza una vorágine de ideas y miedos que no son tan sencillos de expresar: ¿Qué tan grave es? ¿Cuánto tiempo tardará en sanar? ¿Podré competir en mi siguiente prueba? ¿Qué hice mal? ¿No soy apto para esto? ¿Qué pude haber corregido? ¿Será éste el fin de mi carrera? .... Y después de los miedos y las dudas comienza una etapa de verdadera molestia, de enojo puro, de frustración y coraje.


Todo lo que habías hecho durante los últimos meses, esas horas extra en el gimnasio, esas fiestas que no acudiste, esos pasteles que rechazaste, las cervezas que obviaste, en ese momento no tienen sentido y por tanto no puedes evitar preguntarte ¿Para qué hice tanto esfuerzo?


Todo parece irse por la borda y como decía mi abuelita: “hay días que no te calienta ni el sol” hasta que descubres que no estás solo. A título personal no conozco una sola historia de éxito de algún deportista que haya podido lograr algo sin el apoyo de seres incondicionales que estuvieron en su camino y cuando los encuentras, el futuro ya no parece tan lúgubre.


Casi siempre comienza por el equipo cercano y entrenadores, continúa por tu familia y se nutre por tus amistades reales. Las palabras de aliento te desbordan y las buenas vibras comienzan a calentarte el corazón. Ha llegado el tiempo de aceptarlo y comenzar a construir hacia adelante, ya perdiste la competencia, ya se te fue ese mundial, pero afortunadamente siempre vienen cosas nuevas, otros años y otras pruebas.


El reto es grande y el camino pesado, pero somos atletas. Estamos predispuestos desde el núcleo de nuestra esencia a competir hasta contra nosotros mismos.... ¡Principalmente contra nosotros mismos! Arropado por tu gente, envalentonado por el coraje y motivado por el reto, decides vencer esa lesión y probarte a ti mismo que podrás volver y ser mejor...


¿No me creen? Les contaré algunos ejemplos: En el 2000, Ronaldo, “El fenómeno” se rompió por completo los tendones de la rodilla derecha. Estuvo 8 meses sin jugar, se perdió los Juegos Olímpicos de Grecia, pero se recuperó y en 2002 fue el campeón goleador y líder de esa selección brasileña que ganó el mundial.


​Otro ejemplo claro es Rafa Nadal, quien en el 2012 tuvo que abandonar las canchas durante 6 meses por una lesión rotuliana, tras una ardua rehabilitación volvió en 2013 y se convirtió en el tenista número 1 durante los siguientes 3 años.


Para completar la lista de ejemplos: Drew Brees el QB de los Saints de New Orleans tuvo que abandonar un año el emparrillado tras sufrir una lesión de hombro derecho que le imposibilitaba seguir lanzando, tras 3 cirugías y un año de rehabilitación, regresó a las canchas para ganar el Súper Tazón del 2009 liderados por el mismo Brees quien además fue nombrado MVP de la temporada.


Quizá es pensar demasiado al compararnos contra atletas que ganan millones de dólares y que viven para ello, con acceso a las mejores instalaciones y médicos del mundo... pero seguramente hay casos que evidentemente no se llevaron los reflectores internacionales, pero que, en su pequeño círculo, en su pequeña colonia o su pequeño estado también lo lograron.


Así que si éste “saco te queda” no desesperes, no desistas, ¡Por favor, NO TE RINDAS! Siempre hay luz al final del túnel y si de verdad lo deseas, la vida entera conspirará para que lo consigas. Solo persiste. Me voy a permitir parafrasear al “chiquito piedra” (Si no entendiste la analogía, por favor checa su material en este blog) “Ser épico no es creer que eres el mejor, ser épico es trabajar y no parar hasta saber que eres el mejor”.


¡Ánimo, compas! Todos hemos tenido obstáculos hacia la cima... ∞


“Dr. Muerte”

Entradas recientes

Ver todo
Simulación y valeverguismo

“Como que ahorro”, “como que trabajo”, “como que no me doy cuenta”, “un día de estos te pago”, “lo hago mañana”, “para que lo hago si...

 
 
 
Halloween y día de Muertos

Es muy bien conocido por la mayoría de la gente (no todos) que estas dos celebraciones, las de Halloween y día de muertos, ni son la...

 
 
 

Comments


  • Grey Facebook Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey Instagram Icon
bottom of page