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Felicidad, éxito o amor

Durante toda mi infancia crecí con la idea de que “no se puede tener todo en la vida”, así me lo inculcó mi madre y puede que sea la típica mentalidad derrotera mexicana, sin embargo, conforme fui volviéndome adulto, la vida me daba diversos ejemplos de que ese dicho pudiera ser cierto. Por citar ejemplos concretos, doctores con evidente éxito profesional y económico, pero con núcleo familiar descompuesto, razón por la cual se quejaban de no ser felices con su pareja y/o familia, personas con una familia dispuestos a apoyarse unos a otros porque siempre escaseaba el dinero o se apoyaban porque un integrante es un pinche alcohólico, otros más que se podría considerar tienen todo, los pretendientes que pudieran desear, un trabajo que disfrutan y económicamente estables (véase que considero estabilidad económica comprarse un coche de 400 mil pesos sin que suponga una preocupación gastar esa suma, el resto de los mexicanos nos la medio arreglamos para lujitos) pero al fin al cabo se aburren de su pareja de turno y deben seguir buscando para sentirse completos o felices, de lo contrario llegan a su casa y sienten un aburrimiento y hastío contra ellos mismos por no poder conseguir lo que quieren, aunque no sepan que es, lo tienen todo ¿no?.


Del otro lado de la moneda me ha tocado ver personas que aunque no tengan todo lo que desean, disfrutan las cosas más simples, ver los frutos de su trabajo, disfrutan cabronamente a sus hijos, disfrutan cabronamente a sus mascotas, una tarde de cervezas con sus amigos o aunque les vaya de la verga y sean unos pinches dones nadie en su trabajo, con su pareja tienen los mejores momentos y todos los pinches proyectos del universo, total no tienen nada que perder. No voy a hablar de cuando la gente se vuelca enfermizamente a alguna de las causas que menciono en éste párrafo porque será motivo de otro artículo; a lo que voy es que no sé si realmente la concepción de “tener todo en la vida” este errada o si somos nosotros los que no sabemos apreciar las cosas chidas que se nos presentan.


En muchos países se considera la felicidad como un derecho constitucional lo cual se me hace una mamada porque el hecho es que realmente no sabemos lo que nos hace felices, al ser un sentimiento tan fugaz, detonado por distintas situaciones, depende de cada uno considerar si es que tenemos todo en la vida o no.


Creo que lo peor que nos puede pasar, es que sin importar si tenemos todo el dinero del mundo o toda la fama o todas las parejas que hemos deseado, un día nos levantemos y nos demos cuenta de que no hemos vivido como hemos querido y ya no tenemos las fuerzas ni las ganas para vivir para hacerlo, básicamente valimos verga, vaya.

Voy a cerrar con una de las frases que más me parecen van acorde con esta pinche perorata

“Nací para perder, pero vivo para ganar”


A mi muy limitado punto de vista, si todos tuviéramos los huevos para vivir para ganar todo lo que quisiéramos, valdrían verga todas las situaciones culeras que nos pasan.


Al fin y al cabo, esas nunca se van a acabar.


-El sin uña.

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