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Sobre la descripción y sus sabores

Lector, ¿cuántas veces nos hemos encontrado en la penosa situación de mostrar nuestras carencias verbales o literarias al entablar una conversación?


En este caso hablaremos sobre los sabores.


Pareciera que hemos olvidado un tema básico de la escuela primaria: Describir.

Bien puede ser una falla del sistema educativo, nuestra falta de interés o que mamá y papá jamás nos exigieron el esfuerzo por decir lo que queríamos y se conformaron con una seña o un simple gesto.


Solo en este país nos encontramos con una gama de sabores tan basta como sus combinaciones en platillos y sazones; dígame querido lector ¿Cuántas de las veces que ha preguntado a que sabe el gusano de maguey? no le han dicho: mmm... ¿pollo? O un básico “guácala que rico”.


Está bien, en su variedad cada alimento tiene su sabor característico, seguramente similar a muchos otros pero... ¿Por qué limitarnos en una descripción tan carente de nuestro extenso lenguaje? Claro, usted no puede invitar a comer a cada persona a la que le cuente sobre un alimento, aun menos tener una enciclopedia llamada: "Descripciones para el uso cotidiano del comer".


¿Qué hay de las palabras que usamos? ¿Qué está pasando con él lenguaje y las descripciones? no se trata siquiera de "Trastornos específicos del lenguaje oral" pues eso es algo médicamente diagnosticado y justificable. ¿Qué pasa con nuestras ganas de hacer entender el mundo a través de las palabras? Tenemos un claro ejemplo directo de “La sociedad de los poetas muertos (obra y título muy recomendables) citando a Oh Capitán, mi Capitán: "Evade usar la palabra ‘muy', pues es una palabra perezosa. Un hombre no está muy cansado. Un hombre está exhausto. No uses muy triste, usa dolorida. El idioma fue inventado por una razón y en este emprendimiento, la pereza no funcionará.”


¿No parece tan difícil o sí? Hasta nos ahorra otras palabras y demasiadas explicaciones. Contamos con uno de los idiomas más complejos y completos del planeta, 88.000 palabras a nuestra disposición, (y tenemos aún el descaro de discutir sobre él lenguaje inclusivo) para que nos veamos en la situación de dar la absurda explicación sobre que el mole, pica y sabe a mole.


Comer es una experiencia que nos ha llevado (entre otras razones) a colocarnos en el globo terráqueo, México y sus chalupas, sopes, tostadas, gaznates, infinitos guacamoles y salsas las cuales no solo "pican" si no que enriquecen y enardecen la experiencia gastronómica de un individuo tanto extranjero como local.


Según factoide.com usamos apenas 300 palabras del idioma español. Sin adentrarnos demasiado en una especialización gastronómica, comerbeber.com nos regala algunas definiciones simples pero atinadas de nuestro extenso idioma, así que pluma y tenedor querido lector:


Ambrosía - El manjar de los dioses y supuestamente excelente. Como pura ambrosia se califica a los manjares, o bebidas, de gusto suave y delicado, que deleitan al paladar.


Especiado - Muy condimentado, muy sabroso, picante, encholado. No es insulso ni insípido.


Acre - Puede considerarse ácido, agrio, picante, caústico, amargo, mordaz, duro, fuerte, desagradable, incluso asfixiante, como ocurre con el humo que se produce al quemar leña.


No sé equivoque lector al pensar que cantidad superior de palabras completan una mejor descripción. El punto de reflexión, de una buena experiencia al relatar un evento, es usar las palabras precisas según la situación, o en este caso alimento, le debemos a nuestros antepasados y herencia culinaria que nos dejaron el uso correcto de nuestro lenguaje étnico y criollo, pues aunque varios escritores hablan de sustraer palabras del lenguaje no debemos caer en lo absurdo, aun menos en lo vulgar, como decía Michael Foucault: "Lo propio del saber no es ver ni demostrar, sino interpretar" y que mejor que la audacia del lenguaje para esto (y eso que no hemos considerado las figuras retóricas, símil, etc.) Las palabras indicadas, las que complementan el idioma han enamorado diosas, iniciado revoluciones y descrito maravillas imposibles. ¿Por qué no describir el buen trabajo de un chef?


Pues recuerde, más vale una rana en mano que cien brincando.

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